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jueves, 2 de enero de 2014

La cuestión eléctrica


Por Jorge Fabra Utray(@JorgeFabraU), miembro de Economistas Frente a la Crisis

La subasta eléctrica celebrada el pasado 19 de Diciembre de 2013 para establecer el precio de la energía en la tarifa de la electricidad ha traído a primer plano la cuestión eléctrica. Una cuestión que permanecía oculta para la sociedad y que era negada como problema por los hagiógrafos del mercado a ultranza.

El 19 de Diciembre los españoles han empezado a descubrir que el problema de los altos precios de la electricidad no era debido a los costes de la primera generación de energías renovables si no a procedimientos poco fiables –inadecuados en cualquier caso- seguidos para determinar el precio que los consumidores deben pagar por la electricidad.

La subasta eléctrica determinó que el precio de la electricidad correspondiente al primer trimestre de 2014 debería incrementarse en un 30% al situar el producto base subastado en 61,83 €/MWh frente a los 47,54 vigentes. Se trataba, obviamente de una barbaridad. Una barbaridad que ha tensado demasiado la cuerda y la ha roto.

Sin embargo, la barbaridad lleva ya años produciéndose. Esta subasta, desde que  fuera implantada en 2009 para fijar los precios de la energía en la tarifa eléctrica, ha estado inflando los precios sin conmiseración. En los 52 meses en los que ha estado vigente, nada menos que durante 42 meses, ha fijado precios por encima de los del mercado de la electricidad, incluso superiores en más de un 20% los meses de julio, agosto, octubre, noviembre y diciembre de 2009; enero, febrero, marzo y abril de 20010; abril de 2012; y febrero, marzo y abril de 20013. Muy recientemente, por ejemplo, en marzo y abril de 2013, los precios fijados en la subasta llegaron a duplicar los precios del mercado en un 109% y un 149%, respectivamente.

En promedio, durante los 52 meses de vigencia de la subasta eléctrica, los precios fijados han superado en un 17% a los del mercado de la electricidad que ya, por sí sólo, marca precios muy superiores a los costes medios de la generación que retribuye. Es claro, por consiguiente, que en esta ocasión, los resultados de la subasta han sido bastante normales o, si se quiere, tan anormales como siempre han sido. Ninguna sorpresa pues. Sólo ha sido su traducción en una subida de la electricidad sobre los precios vigentes que la propia subasta había establecido tres meses antes, lo que ha puesto en primer plano la barbaridad de lo que en realidad está pasando desde hace años.

¿Pero por qué ahora sí y antes no?

El Déficit Tarifario estaba escondiendo todo y…. todavía hoy lo sigue escondiendo. El Déficit o deuda eléctrica es también precio de la electricidad. Un precio oculto en el recibo de la luz pero precio en todo su alcance ¿O acaso alguien diría, por ejemplo, que un electrodoméstico no le ha costado nada porque la tienda se lo vende a plazos? ¿O que una casa sólo le ha costado el 10% de su precio porque el 90% restante lo ha pagado con una hipoteca? Pues bien, el Déficit Tarifario no es más que la parte del precio de la electricidad que pagamos a plazos, durante 15 años, anualidad constante, que sí está entre los costes que los consumidores pagamos por la electricidad… como el recibo que llega todos los meses de la tienda de electrodomésticos o del banco.

Pero a medida que el Déficit crece – este año que acabamos de dejar atrás crecerá cerca de 4.000 M€ situándose en torno a los 30.000 M€- la situación se hace insoportable y el incremento de precios difícilmente puede ser escondido ya detrás del Déficit. De hecho, el Gobierno proclama que la electricidad ha incrementado su precio en 2013 sólo en un 3, 6% cuando la realidad es que lo ha hecho en más del 14% si contabilizamos en el precio el incremento del Déficit… igual que contabilizamos en el precio de una casa o de un electrodoméstico la deuda que contraemos cuando los compramos.

La subasta eléctrica realizada el 19 de Diciembre de 2013 ha roto la cuerda. Ya estaba muy tensada. No ha soportado más tensión y el Gobierno la ha anulado. Estaba haciendo demasiado el ridículo, no podía seguir más tiempo en exposición. Las empresas eléctricas integradas en UNESA han hecho mal sus cálculos y han provocado la irrupción intempestiva del regulador -ya veremos cuales son, si los hay, los fundamentos legales de esa irrupción -. En sus manos estaba que los precios de la subasta no se hubieran disparado. Ellas mismas lo han reconocido sin pretenderlo por boca del Presidente de UNESA que literalmente ha reiterado en muy diversas ocasiones lo siguiente: “en la subasta … más de un 50% son grupos financieros: bancos españoles, extranjeros, comercializadoras, empresas extranjeras… se habla de un oligopolio y las cinco compañías de UNESA sólo ocupan un 10% del total de la subasta”… y justamente, ahí está el problema: las empresas UNESA primero ofertan para cubrir la totalidad de la demanda presente en la subasta pero enseguida empiezan a retirar sus ofertas, disminuyendo así la tensión competitiva para que la oferta de los intermediarios case a la demanda en precios altos. Finalmente, sólo acaban vendiendo el 8% o 10% de la electricidad demandada aunque serán ellas las que de manera directa o indirecta acaben vendiendo casi toda la energía porque aunque no la vendan en la subasta la venderán más tarde -si no la han vendido ya en los días previos- a los intermediarios: bancos españoles, extranjeros, comercializadoras, empresas extranjeras…” para que puedan cumplir sus compromisos de entrega de la electricidad que no tienen y que han vendido a plazo.

Si las cinco empresas UNESA no se hubieran retirado, hubieran “ocupado un espacio muy superior al 10%” contribuyendo a que la subasta hubiera cerrado los precios de casación –esta y las anteriores-  en niveles más bajos… realmente tan bajos como hubieran querido. Pero no. Les interesan precios altos aunque no sean ellos los que vendan. Ahí están sus intereses, legítimos por otra parte: los precios de la subasta se convierten  en referencia para toda la electricidad que se consume en España mediante contratos establecidos en el mal llamado “mercado liberalizado” ¡hasta que extremos pueden llegar a prostituirse las palabras! en el que su cuota se acerca al 90% y que representa el 75% de toda la electricidad vendida.

Las empresas UNESA son capaces de exhibir un enorme poder de mercado que ejercen mediante estrategias empresariales de naturaleza financiera que conviven con las actuales normas que regulan la competencia. En la subasta no ha habido concertación ni maquinación para una alteración artificial de los precios. No ha habido delito ni siquiera irregularidades. Lo único que ha habido es…. “poderío”, como siempre.

Pero en esta ocasión la cuerda se ha roto. Calcularon mal.

En esta fiesta de las subastas, las energías renovables, que nada tienen que ver con éste asunto, han sido los convidados de piedra. Mientras observaban como la subasta acababa desarrollando, ante los ojos de todos, los argumentos con los que inútilmente han estado tratando de defenderse de la demonización… nadie les ha pedido excusas por haber sido señaladas durante estos últimos años como las culpables de este desaguisado eléctrico que drena las rentas de las familias y penaliza la competitividad de nuestras empresas.

Al contrario. Para retomar la iniciativa, las empresas eléctricas de UNESA -después de haber tensado demasiado la cuerda- han lanzado una campaña corporativa de nuevo cuño. Tratan de salirse del punto de mira en la que han sido puestas por este disparate eléctrico. Al parecer, según propagandean, en la electricidad que pagan los consumidores apenas el 40% son costes propios del sistema eléctrico. El resto son subvenciones medioambientales, territoriales, ayudas sociales, impuestos y otros… Ellas no son las culpables. Los culpables son otros.

Así, de manera concertada –ahora sí que de manera concertada- las empresas UNESA proclaman en prensa, radio y televisión que sólo 38€, el 37%, de los 102€ de la factura bimestral de un hogar medio (¿?) son costes propios del suministro eléctrico. El resto, 64€, el 63%, serían costes ajenos al suministro, según proclaman.

Pero las cuentas no son esas. Son estas con datos de Septiembre 2013 de la Comisión Reguladora CNE (ahora CNMC) para consumidores con una potencia inferior a 15 kW:

Costes para el consumidor con una potencia contratada inferior a 15 kW: 188,2 €/MWh, de los cuales son costes propios del sistema eléctrico 180,2€/MWh. Es decir, el 96,0% y no el 38% como de manera concertada las empresas UNESA proclaman en… prensa, radio y televisión.

Éste es su desglose:

TABLA ELECTRICIDAD

 Incluye los costes comerciales de las comercializadoras de las empresas de UNESA y las primas fijas de las centrales del Régimen Ordinario: pagos por capacidad (carbón), incentivos a la inversión (Ciclos Combinados de Gas) e incentivos a la disponibilidad (centrales hidroeléctricas).

** Incluye las primas variables equivalentes de las centrales renovables y de alta eficiencia (cogeneración) que cobran por la generación hasta completar la tarifa que a cada una le corresponde (feed-in-tariff).

*** Incluye costes muy diversos como los servicios de interrumpibilidad, la CNMC y los costes extrapeninsulares no cubiertos por las tarifas que son universales en todo el territorio español.

Del cuadro anterior, sólo podría proclamarse ajeno al suministro de electricidad los 8€/MWh que los consumidores pagan por el impuesto general sobre la generación que se traslada al precio en el mercado de electricidad.

reparto costes

El resto de los conceptos desglosados son todos propios del sistema eléctrico como a continuación se verá:

  • Los costes de generación a precios del especialísimo e inflacionista mercado de la electricidad junto y los costes imputables a las redes de Transporte y de Distribuciónde electricidad son costes del suministro. Suman 113,8 €MWh y representan el 60,6% del coste del suministro. No parece que las empresas lo pongan en duda a pesar de que en este coste se incluye una retribución regulada a la comercialización y primas fijas de diverso tipo a las centrales hidroeléctricas y térmicas. Aquí tampoco dudamos de que sea un coste propio del Sistema Eléctrico.
  • Las anualidades de la deuda contraída por los consumidores correspondiente alDéficit Tarifario son costes del suministro, no en balde el Déficit es la diferencia entre el coste del suministro reconocido en las normas y los ingresos del Sistema por venta de electricidad. ¿O acaso las empresas UNESA no tienen inconveniente en que al déficit no titulizado se le haga una quita? Las anualidades son costes del sistema porque el propio Déficit es un coste del sistema que se paga a plazos. Ya estamos en el 67, 7%.
  • La retribución complementaria de las centrales del Régimen Especial(tecnologías renovables y de alta eficiencia) a través de las primas equivalentes, que representa el 24,6% de los costes del suministro, corresponde a la energía producida por estas centrales que en 2013 ha cubierto el 41% de toda la demanda eléctrica. Costes más propios del suministro que estos… imposible. Son costes de la electricidad. Ya estamos en el 92,3%. Sigamos.
  • La interrumpibilidad es un servicio prestado por las empresas electro intensivas para contribuir a la estabilidad de las principales variables eléctricas: continuidad, frecuencia… podría argumentarse que este servicio es innecesario en este periodo de exceso de potencia en el sistema. No es así. La interrumpibilidad no está pensada sólo para ser parte de la reserva de potencia del sistema, también para suministrar al Operador del Sistema un instrumento flexible para la gestión de los servicios complementarios y las restricciones técnicas. Pero, en cualquier caso, si de exceso de potencia hablamos ¿qué hacemos pagando “pagos por capacidad”a centrales de gas que apenas funcionan o están paradas? Las primas fijas que cobran las centrales convencionales, generen electricidad o no la generen, que bajo la denominación pagos por capacidad y de incentivos a la inversión o a la disponibilidad, cobran las centrales térmicas e hidroeléctricas, son considerados en la propaganda a la que nos referimos como coste de la generación. Ninguna razón puede existir, pues, para que los costes de la interrumpibilidad no merezcan la misma consideración.
  • La CNMC es para el Sector Eléctrico más de lo que un árbitro es en un partido de futbol ¿Acaso hay alguien que pueda opinar que los árbitros nada tienen que ver con el futbol y, por consiguiente, que son prescindibles? El Sistema Eléctrico –un sistema en la más estricta acepción del término- no puede prescindir de un árbitro. La CNMC, como comisión reguladora del Sector Eléctrico, es sistema eléctrico también.
  • El coste extrapeninsular es un coste desglosado del coste de suministro de electricidad en territorios españoles habitados por españoles. Su coste es superior al coste medio del suministro en la península pero no lo es, o no lo es en la misma medida, al coste del suministro en muchos puntos de consumo que por sus características implican un mayor coste para el suministro que el medio de la península. Por ejemplo, el suministro a puntos de consumo dispersos. A nadie se le ocurriría pensar que el coste de suministrar electricidad a poblaciones dispersas en el medio rural no es un coste del sistema. Tampoco el coste del suministro eléctrico en los archipiélagos y ciudades autónomas debiera ser considerado ajeno a los costes propios del suministro.
  • En resumen: otros costes del sistema, con un coste conjunto por MWh de 4,3 €, tienen un peso del 2,3% en los costes del suministro. Ya llevamos el 94,6%.
  • El impuesto verde sobre el gas naturalfue creado en diciembre de 2012. Con independencia de la teoría fiscal que pueda darle soporte, debemos pensar que su objeto es compensar las externalidades negativas que el consumo de gas natural conlleva. Este impuesto incrementa el coste variable de funcionamiento de las centrales de Ciclo Combinado y, cómo no puede ser de otra manera, se traslada a través de los costes marginales del sistema a los precios del mercado que paga el consumidor. Por consiguiente, este impuesto es coste de producir electricidad con gas y uno de los componentes del precio que pagan los consumidores por la electricidad que consumen. Su coste por MWh 2,3 € que representa un 1,2% del precio que pagamos por la electricidad. Ya llevamos un 95,8% de costes que son propios del suministro.
  • Finalmente, el impuesto general sobre la generación, cuyos fundamentos resultan completamente misteriosos sobre todo después de que su recaudación no haya tenido como destino cubrir el aumento anual del Déficit Tarifario –razón por la que este año que dejamos el Déficit se ha disparado a más de 4.000M €- Este concepto, parte del precio que pagan los consumidores porque es trasladado a precios de mercado por las empresas eléctricas  propietarias de las centrales térmicas, sí que no es un coste propio del sistema. Su peso en los precios es del 4, 2%.

En definitiva, de los costes que cubren los precios que los consumidores pagan por la electricidad, el 96% son costes propios del suministro reconocidos por las normas reguladoras y sólo un 4% podrían calificarse como ajenos (queda el consuelo de que van a la caja de todos -los PGE-).

COSTES ELECTRICIDAD

Así es que ¿Cuál es el objeto de la propaganda concertada por las empresas eléctricas en las que se afirma que el 60% de los costes que pagan los consumidores por la electricidad son ajenos al suministro eléctrico?

El objeto no puede ser otro que una defensa indirecta y subliminal de su responsabilidad en los altos costes de la electricidad… pero trucos como, por ejemplo, computar como coste impropio el IVA no pueden conducir a nada. Las comparaciones internacionales de Eurostat son “antes de impuestos” y en esas comparaciones ya está España entre los países con la electricidad más cara. Y pretender, por ejemplo, que el coste de la electricidad de origen renovable es también un coste ajeno del suministro eléctrico es esconder que su aportación en la cobertura de la demanda eléctrica cumple un papel cuantitativo y cualitativo de la máxima importancia, sobre el que ahora no me extenderé.

Al fin, en la defensa de sus intereses, las empresas eléctricas están dejando que emerja y se haga muy visible su cultura oligopolística secular. Un siglo sin que nadie entrara en su finca les hace perder la perspectiva. Se creen que el Sector Eléctrico es suyo. Por ese camino… también mal.

Las autoridades de la competencia o el Gobierno deberían frenar un discurso falso que impide diagnosticar la cuestión eléctrica. La intoxicación de la sociedad y de sus dirigentes empieza a ser también un problema. A la vista están los pasos en falso dados entre los que destaca, pero no sólo, la reforma eléctrica aprobada y tanto comentario descaminado de expertos de fortuna.

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