domingo, 7 de agosto de 2016
De los Juegos Olímpicos
De los JJOO me interesa, sobre todo, el proceso de degradación que durante todas sus ediciones "modernas" han ido padeciendo los tensoactivos necesarios para formar la burbuja de teleirrealidad que son... Dentro: discursos vacios, moral fascista forrada en brillos multicolor, los más blandos excesos masturbatorios de una cultura moribunda y circo deportivo de primer orden arrodillado ante Mundo Karaoke. Fuera: militarización urbana, gentrificación feroz, represión de disidencias estéticas y humillaciones y violaciones y robos de toda clase a la población conquistada y sometida al Espíritu Olímpico. En medio: una membrana pudriéndose muy, muy, muy despacio... Después de haber asistido a este esquema del asunto durante tantos años, es difícil pues no andar fascinado con las noticias que llegan hoy desde Brasil, con los intentos de apagar la antorcha, con los desfiles de trapos y banderitas en penoso intento por distraer del golpe de estado llevándose a cabo entre las sombras del mismo momento, con los disturbios y la violencia generalizada planeando sobre los alojamientos de los atletas, con el estruendoso abucheo de un estadio entero a la marioneta a la que enfocan las cámaras y que hace como que no pasa nada... Algo se rasga y el caos supura a través y es bonito contemplar la herida y preguntarse qué nos cuenta ésta del resto del mundo, qué dice de nosotros...
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