:: San Miguel y el culto solar ::
Muchos de los lugares de poder que conocemos están vinculados al cristianismo: monasterios, santuarios o ermitas dedicadas a toda clase de vírgenes y santos. Pero en la gran mayoría de casos estos lugares ya eran sagrados para el mundo pagano. Así, espíritus elementales, númenes y dioses acabaron convertidos o sincretizados con santos en la nueva religión. Cambia la forma, pervive el fondo.
¿Qué podemos encontrar tras el culto a Miguel? El ángel Miguel es considerado el principal de los siete arcángeles, el líder de los ejércitos divinos, el protector de la Iglesia y aquel que derrota al Diablo bajo la forma de un dragón o gran serpiente. Así se le suele mostrar. En algunas creencias, como la de los Testigos de Jehová, consideran que el arcángel Miguel se encarnó en la figura de Cristo. Es decir, que Jesús no sería Dios, sino el propio ángel manifestado en cuerpo humano. Sería por tanto una figura luminosa a la vez que guerrera.
Si pensamos en deidades paganas con atributos similares, lo que nos puede venir fácilmente a la mente es Apolo. El dios luminoso que también tiene una historia en la que lucha contra un dragón/serpiente. Dos figuras solares entre las que pueden trazarse los paralelismos. En el caso del Mont Saint-Michel podemos ver una clara referencia a esto, puesto que se dice que el centro cristiano está construido sobre un santuario dedicado al dios celta Belenus, deidad solar que era conocido como "el resplandeciente", epíteto que también tiene Apolo. De hecho Belenus era identificado con Helios, quien a su vez se sincretizaba con Apolo en el mundo clásico. Esto podría llevarnos a pensar en Miguel como una forma cristianizada de ese Apolo solar, guerrero, representante de la luz y el orden. Y de ahí sus santuarios.
¿Significa esto que San Miguel y sus lugares de poder son realmente santuarios de Apolo? No exactamente. Pero sí que hay ciertos elementos, tal vez demasiado arraigados a nuestra alma pagana, como para poder ser convertidos. Y el culto solar, luminoso y guerrero, sigue estando presente aun bajo las alas de un ángel.
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